En mis sesiones de regresión hay un componente hipnótico, y por eso, la voz y la palabra son tan importantes.

En mis sesiones no hay prisa. Y además, siempre traslado a quien acompaño: «Esta es tu mañana, mandas tú». Es parte del proceso de crear un espacio sagrado.

Porque las palabras también son energía, voy muy lento, muy consciente, sabiendo el don que tengo con mi voz para este proceso, acompañando en ese viaje de conocer el alma.

Por eso, paladeo cada palabra.

Y que curioso, paladear cada palabra ayuda a vivir sin estrés, vivir en el ahora, y ser muuuuuucho más consciente.